¿Te has preguntado alguna vez por qué ciertos patrones se repiten en tu vida? Relaciones que terminan igual, miedos que no logras superar o una constante sensación de que algo falta. Si te sientes identificado, estás en el lugar adecuado. La terapia puede ayudarte a entender esas dinámicas y abrir nuevas puertas hacia una vida más consciente y plena.
En este artículo, exploraremos dos ideas fascinantes que pueden transformar tu manera de verte a ti mismo: el fantasma, un concepto clave desarrollado por Jacques Lacan¹, y las pasiones, descritas en la estructura del Eneagrama por Claudio Naranjo². Ambos conceptos revelan cómo nuestras emociones y narrativas inconscientes moldean nuestra forma de relacionarnos con el mundo.
En la teoría psicoanalítica de Jacques Lacan, el fantasma es una especie de “guion interno” que organiza nuestras experiencias, emociones y deseos. Es como un filtro inconsciente que usamos para interpretar el mundo. Este guion responde, muchas veces sin que nos demos cuenta, a preguntas como: “¿Qué esperan de mí?”, “¿Qué debo hacer para ser querido?” o “¿Qué me falta para sentirme completo?”.
Lacan definió el fantasma como una proyección imaginaria que organiza nuestro deseo, manteniéndonos en un ciclo de búsqueda constante de algo que parece inalcanzable.³ Este concepto es central en el psicoanálisis ya que nos ayuda a entender por qué repetimos patrones que, aunque nos resulten familiares, a menudo también son la fuente de nuestro sufrimiento.
Por ejemplo, alguien cuyo fantasma se basa en la idea de «decepción inevitable» podría encontrarse constantemente eligiendo relaciones que refuercen esa narrativa, perpetuando un círculo vicioso del que no sabe cómo salir.
El fantasma organiza nuestro deseo y nuestra percepción del mundo, repitiendo historias que parecen inevitables pero que pueden cambiarse al hacerse conscientes.
El Eneagrama, una herramienta que describe nueve tipos de personalidad, identifica las pasiones como impulsos emocionales inconscientes que condicionan nuestra manera de vivir. Claudio Naranjo, quien profundizó en este sistema, explicó que las pasiones son “las distorsiones emocionales que nos separan de nuestra esencia y nos empujan a reaccionar de forma automática”.²
Cada pasión –como la ira, el orgullo, la envidia o el miedo– actúa como un motor que impulsa nuestras decisiones y moldea nuestra percepción del mundo. Por ejemplo:
Comprender cuál es tu pasión dominante es un paso crucial para entender por qué reaccionas como lo haces. Y lo mejor de todo: no es un diagnóstico cerrado, sino una invitación a explorar tus emociones desde una perspectiva más consciente. Huye de los diagnósticos que se reducen a meter los síntomas de las personas en cajas.
Aunque Jacques Lacan y Claudio Naranjo desarrollaron sus teorías desde contextos muy diferentes, ambos coinciden en algo esencial: nuestras experiencias están profundamente moldeadas por estructuras inconscientes. El fantasma y las pasiones son maneras de describir cómo nos relacionamos con nosotros mismos y con el mundo.
Por ejemplo, alguien cuyo fantasma está marcado por la creencia de “no ser suficiente” podría estar dominado por la pasión de la vanidad (Eneatipo 3), buscando validación externa constantemente. Al explorar estas dinámicas en terapia, es posible reconocer estos patrones y, más importante aún, liberarse de ellos.³
Tanto Lacan como Naranjo nos muestran que nuestras emociones y narrativas inconscientes no solo nos condicionan, sino que también son una puerta hacia una comprensión más profunda de nosotros mismos.
Si estás buscando psicoterapia en Barcelona o simplemente quieres entender qué te está impidiendo avanzar, trabajar estos conceptos en terapia puede marcar una gran diferencia. La terapia no solo te ayuda a comprender tus patrones inconscientes, sino que también te da herramientas para transformarlos y vivir con mayor libertad.
Más allá de buscar soluciones rápidas, el camino hacia el cambio comienza con una pregunta: ¿Qué historias me cuento sobre quién soy y qué necesito? Reconocer esas historias es el primer paso para decidir si quieres seguir viviéndolas o comenzar a escribir otras nuevas.
1 Jacques Lacan fue uno de los psicoanalistas más influyentes del siglo XX. Desarrolló conceptos fundamentales como el fantasma, que explica cómo los deseos inconscientes organizan nuestra experiencia subjetiva. Estas ideas se exploran en El seminario, Libro 11: Los cuatro conceptos fundamentales del psicoanálisis.
2 Claudio Naranjo, psiquiatra chileno, es conocido por su trabajo en el desarrollo del Eneagrama como herramienta para la comprensión de la personalidad. En su obra Carácter y Neurosis: Una visión integradora del Eneagrama, detalla cómo las pasiones actúan como motores emocionales inconscientes que afectan nuestra percepción del mundo.
3 Lacan planteó que el deseo humano está estructurado alrededor de la «falta», un vacío que organiza nuestras relaciones y percepciones. Esta falta no es simplemente una ausencia, sino el motor que impulsa nuestra búsqueda constante de aquello que creemos que nos completará.