La técnica Stop
en terapia Gestalt

Regular la ansiedad mediante la respiración
y la autoconciencia

Meditación y manejo de la atención

La meditación puede entenderse como un entrenamiento sistemático de la atención, cuyo potencial ha sido ampliamente explorado en el ámbito de la psicología clínica¹. Dentro de esta práctica, la respiración ocupa un lugar central: dirigir la atención al ritmo de la inhalación y la exhalación permite anclar la conciencia en el momento presente y establecer una base más estable para la autoobservación. Desde la perspectiva de la terapia Gestalt, esta práctica fortalece la función de darse cuenta (awareness), que alude a la capacidad de percibir, en tiempo presente, los procesos internos (pensamientos, emociones y sensaciones físicas) sin identificarse de manera automática con ellos².

La respiración consciente actúa como un ancla, manteniéndonos en el presente y facilitando la observación sin juicio de nuestro mundo interno

En sintonía con algunas vertientes del budismo, la terapia Gestalt propone la construcción de un observador interno que reconoce el flujo de la experiencia sin ser arrastrado por ella³. Esta capacidad de observación se refuerza si se utiliza la respiración como eje, pues cada inhalación y exhalación constituyen un referente constante al que regresar cuando la mente divaga. Eckhart Tolle, en su libro El poder del ahora, describe la desidentificación con el contenido mental como un paso esencial para atenuar el sufrimiento psicológico⁴. Observar la respiración de forma atenta facilita esta desidentificación, al centrar la atención en una experiencia corporal inmediata, en lugar de permitir que la mente se enganche a pensamientos o narrativas automáticas.

La técnica STOP y su fundamento teórico

La técnica STOP se enmarca en la visión gestáltica de la autoobservación. Su objetivo es interrumpir de forma deliberada el flujo habitual de pensamiento y atención para dirigirla hacia tres dimensiones específicas: cognitiva, emocional y corporal. Aunque en la terapia cognitivo-conductual (TCC) también existan procedimientos similares (con libretas de registro, por ejemplo) la diferencia central radica en que, desde la terapia Gestalt, el foco no está en modificar de inmediato las ideas o emociones, sino en reconocerlas y sostenerlas sin juicio⁵.

Detenerse unos segundos para respirar puede cambiar por completo tu respuesta ante el estrés

Para facilitar la comprensión y la práctica de esta técnica, se utiliza el acrónimo STOP (en inglés):


S: Stop (Detente)
Haz una pausa y lleva tu atención al momento presente. Este es el instante en el que decides parar conscientemente, dejando de lado cualquier actividad o distracción.


T: Take a breath (Respira profundamente)
Inhala de forma pausada, retén el aire unos segundos y exhala lentamente. Esta respiración consciente es clave para anclarte en el presente y preparar la siguiente fase.


O: Observe (Observa)
Explora tu experiencia interna a tres niveles, realizando una respiración profunda entre cada pregunta para asimilar mejor lo que descubras:


  • ¿Qué estoy pensando? (nivel cognitivo)
  • ¿Qué estoy sintiendo? (nivel emocional)
  • ¿Cómo está mi cuerpo? (nivel corporal)
 

P: Proceed (Prosigue)
Con mayor conciencia y decisión, retoma tu actividad o inicia la siguiente acción. Con este paso, cierras el ejercicio y llevas la claridad obtenida a lo que estés haciendo.

La respiración sirve de eje en cada uno de estos pasos y “marca” la transición entre ellos, generando una breve pausa para desactivar el piloto automático y acercarte a una experiencia más consciente.

Una persona pintada con un solo trazo gesticulando Stop con la mano extendida y mostrando la palma de la mano

Dimensión cognitiva: observación de los pensamientos

En este nivel, el propósito es identificar el contenido del pensamiento sin alterarlo ni suprimirlo. La mera conciencia de los procesos mentales ayuda a moderar la reactividad ante situaciones de estrés, pues permite detectar patrones de rumiación o distorsiones cognitivas².

El simple acto de reconocer un pensamiento puede cambiar por completo tu forma de responder ante él.

Resulta útil, antes de formular la pregunta “¿Qué estoy pensando?”, realizar una respiración profunda que prepare la mente para la observación. Si en un momento de tensión la mente repite: “No voy a ser capaz de manejar esta situación” por ejemplo, el simple acto de reconocer la aparición de ese pensamiento —respirando conscientemente— proporciona el espacio necesario para responder con mayor claridad en vez de reaccionar de modo automático.

Dimensión emocional: reconocimiento de las emociones

El segundo paso consiste en preguntarse: “¿Qué estoy sintiendo?”. La terapia Gestalt defiende que cada emoción cumple una función adaptativa, por lo que comprenderla y darle un lugar consciente puede prevenir la descarga impulsiva o la acumulación de tensión⁶.

Ponerle nombre a la emoción es el primer paso para experimentarla sin sentirte abrumado.

Al inspirar y exhalar con atención, es más fácil reconocer si se está experimentando ira, tristeza, alegría, miedo, etc. Identificar la emoción no significa reprimirla ni cambiarla de inmediato, sino observarla como un fenómeno pasajero del campo de la experiencia y, si es necesario, regular su intensidad a través de una exhalación pausada.

Dimensión corporal: atención a las sensaciones físicas

El último paso de la técnica STOP dirige la atención a la dimensión somática: “¿Cómo está mi cuerpo?”. Son muy diversas las sensaciones que podemos sentir en el cuerpo: presión, temperatura, vibración, pesadez, etc.  Desde la respiración y mediante la atención observamos nuestros estados internos. Prestar atención al cuerpo ancla a la persona en el presente y favorece la autorregulación psicofisiológica¹. Nada permanece estático dentro nuestro si lo observamos. Todo cambia, nada permanece. Observándonos podemos dejar ir para que algo nuevo llegue. 

El papel del diafragma en la respiración

En la respiración profunda interviene el diafragma, un músculo que actúa como un fuelle al expandirse y contraerse para dejar entrar y salir el aire de los pulmones. Cuando el diafragma desciende, la cavidad torácica se ensancha, permitiendo que los pulmones se llenen de aire. Al relajarse, el diafragma sube, presionando los pulmones y facilitando la exhalación. Este movimiento cíclico no solo está mediado por el sistema nervioso central, sino que también se relaciona directamente con el ritmo cardíaco⁷, de modo que una respiración más sosegada puede impactar de manera positiva en la frecuencia cardiaca, favoreciendo un estado de calma general.

La respiración diafragmática actúa como un puente entre mente y cuerpo, equilibrando el ritmo del corazón.

En su estudio sobre la relación entre el cerebro y el sistema nervioso, Nazareth Castellanos analiza cómo la respiración diafragmática influye en la comunicación neurofisiológica entre el corazón y el encéfalo8. Dicho de otro modo, no solo interviene la actividad neuronal, sino también la frecuencia cardiaca y la propia percepción corporal. Prestar atención a ese vaivén abdominal o costal ayuda a aflojar tensiones y a restablecer un ciclo respiratorio natural, facilitando así el estado de autoconciencia.

1. Kabat-Zinn, J. (2009). Vivir con plenitud las crisis: Cómo utilizar la sabiduría del cuerpo y de la mente para afrontar el estrés, el dolor y la enfermedad. Kairós.
Jon Kabat-Zinn es pionero en el uso clínico de la meditación mindfulness. En este libro, profundiza en cómo la atención al momento presente puede aliviar el sufrimiento relacionado con el estrés y las enfermedades crónicas, ofreciendo ejercicios prácticos y testimonios de pacientes.

2. Perls, F. S., Hefferline, R. F., & Goodman, P. (2007). Terapia Gestalt: Excitación y crecimiento de la personalidad humana. Paidós.
Obra fundacional de la terapia Gestalt donde se exponen los principios de la autorregulación organísmica y la importancia de la experiencia en el aquí y el ahora. El texto combina teoría y ejercicios prácticos que ilustran la filosofía gestáltica.

3. Durante el proceso de identificación, el individuo genera un “sistema de personalidad” con atributos percibidos como propios, creando una sensación de estabilidad en el carácter. La desidentificación implica comprender que dichos rasgos no constituyen la totalidad del “yo” y que, por lo tanto, pueden ser observados de forma objetiva, sin que definan por completo la experiencia presente.
Estos conceptos guardan relación con las ideas de la Gestalt sobre la frontera-contacto y las fases de la experiencia, donde se insiste en la importancia de reconocer la vivencia sin fusionarse con ella.

4. Tolle, E. (2015). El poder del ahora. G&G Editores.
Eckhart Tolle propone la “presencia consciente” como vía para liberarse del sufrimiento mental. Aunque su aproximación integra elementos espirituales, también coincide con hallazgos de la psicología contemporánea en cuanto a la observación sin juicio de pensamientos y emociones.

5. Beck, A. T. (1979). La terapia cognitiva de la depresión. Fondo de Cultura Económica.
Aaron T. Beck es considerado el padre de la terapia cognitiva. En este libro, describe cómo los esquemas de pensamiento negativo contribuyen a la depresión y expone métodos para identificar y reformular creencias desadaptativas. Sus investigaciones dieron origen a un amplio campo de intervención psicológica.

6. Polster, E., & Polster, M. (1992). Gestalt Therapy Integrated: Contornos de teoría y práctica. Javier Vergara Editor.
Los autores proponen una síntesis de los principios gestálticos y ejemplos clínicos, mostrando la relevancia de la relación terapeuta-paciente. Abordan técnicas de enfoque corporal y emocional para reforzar la conciencia en el momento presente y promover la integración personal.

7. Diversas investigaciones en fisiología cardiorrespiratoria señalan que la respiración diafragmática puede influir en la variabilidad de la frecuencia cardíaca, ayudando a reducir la activación simpática y promoviendo la relajación general del organismo.
Por ejemplo, se ha observado que los ejercicios de respiración lenta y profunda aumentan la sensación subjetiva de calma y mejoran el control emocional, aspectos que resultan fundamentales en terapias basadas en la atención plena.

8. Castellanos, N. (2022). Neurociencia del cuerpo. Kairós.
Nazareth Castellanos estudia la interacción entre cerebro, corazón y respiración desde la neurociencia, aportando evidencia sobre la importancia de la conexión cuerpo-mente. Su enfoque subraya cómo la respiración diafragmática favorece la sincronía entre sistemas nerviosos simpático y parasimpático.